Los discursos políticos ya no solo se dan en los congresos ni en las plazas públicas. También ocurren entre aplausos, vestuarios deslumbrantes y cámaras en vivo. La edición 2025 de los Grammy y el Super Bowl fueron prueba de ello. ¿Qué tienen en común la toma de posesión de Trump, un chiste de Trevor Noah y una presentación de Kendrick Lamar? Más de lo que parece.
Los Grammy 2025: Entre la música y la resistencia
Trevor Noah abrió la noche con un chiste que encendió la controversia: “Shakira está aquí. Es lo más grande que ha salido de Colombia, que no es un delito grave”. Risas incómodas, caras serias y una ola de indignación en redes sociales. La comunidad latina no tardó en conectar la broma con el discurso de Trump días antes, donde reiteró su postura sobre la migración, tildando a muchos de «delincuentes» y «terroristas».
Pero la respuesta no se hizo esperar. Shakira, al recibir un premio, tomó el micrófono con una sonrisa que escondía determinación:
“¡Esto es increíble, muchas gracias a todos! ¡Quiero dedicar este premio a todos mis hermanos y hermanas migrantes!”. En este país ustedes son queridos y valorados, y siempre lucharé con ustedes. Y todas las mujeres que trabajan muy duro para sostener a sus familias. ¡Ustedes son las verdaderas lobas! ¡Esto también es para ustedes!”
Pero no fue la única que denunció algo al respecto, la cantante Chappell Roan al ganar su premio a Mejor Artista Revelación, ella declaró las terribles condiciones laborales de los músicos emergentes, debido a la falta de salarios dignos y seguros de salud. Para luego donar 25,000 dólares a una organización dedicada a apoyar a esta causa.
Durante esa noche, logramos ver como otros artistas como Lady Gaga o Alicia Keys también aprovechan los espacios para emitir su postura.
¿Por qué hablar en el escenario y no solo en redes sociales?
Los Grammy son los premios más importantes de la música, con más de 15 millones de espectadores. Un tuit puede volverse viral, pero un discurso en el escenario se convierte en historia. Ahí, la audiencia no es solo un nicho; es el mundo entero.
Lo mismo pasó en los Oscar de 2024, cuando Lily Gladstone hizo historia como la primera actriz indígena americana en ganar el premio a Mejor Actriz. Su discurso no solo fue un homenaje a sus raíces, sino una declaración de resistencia contra el genocidio de comunidades indígenas.
Sin embargo, hay otras formas de dar un discurso que no sea de manera tan directa. Y el concierto de medio tiempo durante la Super Bowl es un claro ejemplo. Nuevamente se abre un espacio para manifestar, aunque de esta forma un poco más subliminal utilizando simbolismos como Samuel Jackson disfrazado de el Tío Sam, un emblema popular de la propaganda estadounidense. Kendrick Lamar, no necesitó pronunciar el nombre de Trump, ya que con la ayuda de sus melodías y letras de fuerte carácter político, logró expresar su descontento con la situación.
El arte y el activismo ya no están separados. En cada performance hay un discurso político, solo hay que saber escuchar.